28.4.11

SEMANA SANTA EN EL CINE

Sevilla es un plató para la Semana Santa

Desde que el cinematógrafo llegó a Sevilla, con la primera proyección el 17 de septiembre de 1896 en el salón El Suizo, en plena calle Sierpes (en lo que después sería el Teatro Imperial y actualmente una gran librería), han sido numerosos los directores, autores, y cineastas en general, los que han elegido nuestra ciudad como escenario para sus historias. Y es que desde aquellos entonces hasta la fecha, el número de rodajes que han visto nuestras calles ronda los mil. Eso sí, teniendo en cuenta no solo los largometrajes, sino también los cortometrajes, documentales y publicidad.

Y como es lógico, no sólo sus calles y sus gentes se han visto reflejadas en las filmaciones. Sus costumbres, sus fiestas, sus tradiciones, también han tenido cabida en las historias. Las procesiones de la Semana Santa son uno de los ejemplos más claros. Las imágenes de vírgenes, cristos, nazarenos, la música que los acompaña, las saetas, han aparecido y han sido parte de numerosas películas, aunque no tantas como muchos podrían pensar. 
Y no es algo relativamente nuevo. En 1898, el camarógrafo Alexandre Promio, que trabajaba para los hermanos Lumière, grabó imágenes de varias procesiones, entre ellas las de Nuestro Padre Jesús de las Penas de Triana. Aunque hay quien dice que Promio no fue el primero, y que dos años antes, en 1896, el camarógrafo Henry Wiliam Short ya estuvo en Sevilla captando imágenes de nuestra Semana Santa. Sea como fuere, lo cierto es que dichas imágenes no se conservan.


INCIENSO Y FOTOGRAMAS
La mayor parte de las producciones que incluyen imágenes de las procesiones de nuestra ciudad son documentales, turísticos casi en su totalidad, de todas las partes del mundo. Pero entre ellos cabría destacar Semana Santa, la película que dirigió Manuel Gutiérrez Aragón en 1992, dedicada por completo a esta semana grande, con nombres tan importantes como los de Antón García Abril en la música y José Luis Alcaine en la fotografía. Un fastuoso espectáculo audiovisual y en su tiempo supuso todo un hito.

Otros documentales dedicados a estas fechas, pero bastante menos conocidos, son Vía Dolorosa (1947), un curioso recorrido por la historia de las cofradías de la ciudad, que llega a ser bastante aburrido, y los cortometrajes que Pilar Távora rodó en sus comienzos (Sevilla, Viernes Santo, Madrugada, Andalucía, entre el incienso y el sudor o Costaleros
El caso de los largometrajes es distinto. No son tantos como se cabría esperar en un principio. Y además, la Semana Santa suele ser un mero acompañante, un breve momento en una historia en la que, en la mayoría de ocasiones, apenas tiene importancia más allá de la escena en la que está presente.
En la filmografía española podríamos destacar Currito de la Cruz. Esta película tiene cuatro versiones distintas (lo de los remakes no es tan moderno como algunos podrían pensar...). La primera es de 1926, dirigida por Alejandro Pérez Lugín. Fernano Delgado hizo una nueva adaptación en 1936; en 1949 Luis Lucia dirigió la más conocida de todas, y en 1965 Rafael Gil realizó una cuarta versión de la historia. El tema del argumento se centraba en el mundo de los toros, pero la Semana Santa aparece, ya casi al final de la historia, cuando la chica de la historia (en la versión de Lucia era una jovencita Nati Mistral) canta una saeta al Gran Poder, lo que provoca el reencuentro con su padre y el posterior final feliz de la historia.


En 1999 Mateo Gil dirigió Nadie conoce a nadie, película que sí dedicaba mayor tiempo a la temática referida y que creó cierta polémica (algunos sectores se sintieron muy ofendidos), sobre todo con aquella secuencia final con Jordi Mollá saliendo de dentro de la Virgen en plena procesión de la Madrugá.


LA MIRADA DEL EXTRANJERO
También han sido bastantes las producciones foráneas que han grabado y usado imágenes de la Semana Santa sevillana, aunque en la mayoría de los casos, no es más que un asunto accesorio, un momento más en el argumento que (normalmente) poco tiene que ver con la trama principal. 
Por ejemplo, el prestigioso director italiano Francesco Rossi, que en 1965 vino a Andalucía a rodar El momento de la verdad (Il momento de la veritá), película fallida protagonizada por el diestro Miguel Mateo 'Miguelín', donde se cuenta la historia de un campesino que llega a ser torero. La cinta comienza con unas tomas de la Semana Santa hispalense, de gran belleza estética y plástica, concretamente de la salida de la Hermandad de San Esteban.
O la coproducción europea, dirigida por el alemán Pepe Danquart, Angel of death (en nuestro país se llamó Semana Santa), en el que Mira Sorvino era una detective venida de Madrid para investigar una serie de asesinatos rituales cometidos en plenas fiestas en nuestra ciudad. La película (como la mayoría de las que aquí tratamos) era bastante floja, fallida y pasó sin pena ni gloria por las pantallas.

Y, ¿cómo olvidar el deleznable espectáculo que supuso aquel producto perpetrado por John Woo, que fue Misión Imposible 2?, ¿cómo olvidar aquella Semana Santa sevillana con mujeres vestidas de falleras, hombres con el traje típico de San Fermín, y quemando las imágenes al final de la procesión? La película era mala de solemnidad, y las escenas de las procesiones bastante alejadas de la realidad. 

Aunque quizás el ejemplo más curioso sea el de la cinta alemana Bin ich schön? (¿Soy guapa?), un filme de 1998 dirigido por Doris Dorrie, que sigue inédito en nuestro país, y en el que se puede ver a la conocida actriz Franka Potente, cantando una saeta (¡en alemán!) a un falso palio delante de la parroquia de San Bernardo.

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