SEVILLA FESTIVAL DE CINE – SECCIÓN EUROPA_EUROPA VIAJE DE INVIERNO
Camino a la locura
alemania, 2006.
título original: winterreise. director: hans steinbichler. producción: dieter ulrich aselmann y robert marciniak. guión: martin rauhaus y h. steinbichler. fotografía: bella halben. música: antoni lazarkiewicz. montaje: anne loewer. intérpretes: josef bierbichler, sibel kekili, hanna schygulla, philipp hochmair, anna schudt, johann von vulgo, andré hennicke, brigitte hobmeier, aloysius itoka, stephan bissmeier.
Tras el escándalo que sufrió en sus carnes la joven actriz Sibel Kekili (recordemos que tras el enorme éxito de la película Contra la pared, hace un par de años, la prensa amarilla de su país se hizo eco del pasado de la chica como actriz porno; muchos se echaron las manos a la cabeza y su familia, de origen turco, la despreció), vuelve a las pantallas con un papel protagonista en esta cinta sobre la locura que provoca sentimientos encontrados en quienes la ven.
alemania, 2006.
título original: winterreise. director: hans steinbichler. producción: dieter ulrich aselmann y robert marciniak. guión: martin rauhaus y h. steinbichler. fotografía: bella halben. música: antoni lazarkiewicz. montaje: anne loewer. intérpretes: josef bierbichler, sibel kekili, hanna schygulla, philipp hochmair, anna schudt, johann von vulgo, andré hennicke, brigitte hobmeier, aloysius itoka, stephan bissmeier.
Tras el escándalo que sufrió en sus carnes la joven actriz Sibel Kekili (recordemos que tras el enorme éxito de la película Contra la pared, hace un par de años, la prensa amarilla de su país se hizo eco del pasado de la chica como actriz porno; muchos se echaron las manos a la cabeza y su familia, de origen turco, la despreció), vuelve a las pantallas con un papel protagonista en esta cinta sobre la locura que provoca sentimientos encontrados en quienes la ven.
Franz Brenninger tiene sesenta años y una empresa de hardware que se viene abajo. Le cae gordo a todo el mundo. Es un impresentable, que grita en la iglesia, acude a burdeles descuidando a su esposa enferma, insulta a todo el mundo, y derrocha el dinero aunque su compañía está casi en la ruina. Un día parece que llega su salvación. Una compañía africana va a recibir una sustanciosa suma de dinero (quince
millones de dólares), pero para evitar que el gobierno corrupto de su país se quede con casi todo, buscan una empresa europea de confianza para que le preste sus cuentas. A cambio, recibirá un porcentaje del dinero. Pero antes, como muestra de buena fe, y para evitar que se quede con los millones, deberá entregar unos cuantos miles de euros. Cegado por la avaricia, hará la entrega, para comprobar que después todos desaparecerán. Entonces, se marchará al continente africano a buscar a los que tienen su dinero para recuperarlo. Mientras, su cerebro se irá oscureciendo, la enfermedad se irá haciendo con él.
La verdad es que el personaje principal es un impresentable (es el causante de que a muchos espectadores no les guste la cinta, el ver como “héroe” a un tipejo de tal calibre es difícil de digerir), que es cada vez peor persona por culpa de una enfermedad que no quiere curarse y que le va oscureciendo el cerebro a medida que pasan los días. Bien es cierto que no es del todo creíble que la chica que interpreta Sibel Kekili le tenga admiración a un ser así, aunque también es verdad que es a ella a la única a la que muestra cierto respeto, demostrándolo en el hecho de que la llama por su nombre (con nadie más lo hace). Lo mejor de la cinta es, con diferencia, las imágenes y el tono pseudo-documental que toma cuando los protagonistas se trasladan a África. Las escenas de la población apiñada, la pobreza de las calles contrapuesta a la opulencia de los hoteles de lujo para turistas, son las escenas de denuncia que hacen de esta una cinta interesante, más que la historia principal.

La verdad es que el personaje principal es un impresentable (es el causante de que a muchos espectadores no les guste la cinta, el ver como “héroe” a un tipejo de tal calibre es difícil de digerir), que es cada vez peor persona por culpa de una enfermedad que no quiere curarse y que le va oscureciendo el cerebro a medida que pasan los días. Bien es cierto que no es del todo creíble que la chica que interpreta Sibel Kekili le tenga admiración a un ser así, aunque también es verdad que es a ella a la única a la que muestra cierto respeto, demostrándolo en el hecho de que la llama por su nombre (con nadie más lo hace). Lo mejor de la cinta es, con diferencia, las imágenes y el tono pseudo-documental que toma cuando los protagonistas se trasladan a África. Las escenas de la población apiñada, la pobreza de las calles contrapuesta a la opulencia de los hoteles de lujo para turistas, son las escenas de denuncia que hacen de esta una cinta interesante, más que la historia principal.
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