SEVILLA FESTIVAL DE CINE – SESIÓN INAUGURAL_______ LA FLAUTA MÁGICA
Mozart, según Branagh
reino unido, 2006.
título original: the magic flute. director: kenneth branagh. producción: pierre-olivier bardet y simon moseley. guión: stephen fry y kenneth branagh, basado en la ópera homónima de wolfgang amadeus mozart. fotografía: roger lanser. música: wolfgang amadeus mozart. montaje: michael parker. intérpretes: joseph kaiser, amy carson, rené pape, lyubov petrova, benjamin jay davis, silvia moi, tom randle, ben uttley, vanessa ashbee.
En el año en que se ha celebrado el 250 aniversario del nacimiento del genial Mozart, el británico Kenneth Branagh, del que ya llevábamos algún tiempo sin ver trabajo alguno en la gran pantalla, estrena esta adaptación de la popular composición del austriaco, la última compuesta por él. En ella, Branagh, junto a su amigo Stephen Fry (ambos son los autores del guión) trasladan la acción al período de la Primera Guerra Mundial (pese a que no se haga mención alguna al conflicto, ni siquiera se mencionen los países que se enfrentan, para que podamos saber a cuál de ellos pertenece el protagonista). aunque el argumento, en esencia, se mantiene.
Tras sufrir el embate de una bomba, Tamino queda inconsciente y despierta rodeado por tres damas, que le piden ayuda, de parte de su señora, la Reina de la Noche, para que parta a rescatar a su hija, la joven y bella Pamina, que ha sido secuestrada por Sarastro. Tamino, enamorado de la chica, a la que sólo ha visto en una fotografía, partirá sin dudarlo un momento en su auxilio, con la forzosa ayuda de Papageno, y de una flauta con poderes que le entrega la madre de la chica. Pero cuando llega a los terrenos de Sarastro, Tamino descubre que lo que le habían contado no era del todo cierto.
Kenneth Branagh, que en la rueda de prensa de presentación del filme en el Festival pidió “perdón” a Sevilla por haber elegido una de las pocas óperas no inspiradas en la ciudad, ha creado una cinta que, si bien estéticamente es arrolladora, con una puesta en escena fascinante (sirvan de ejemplo el largo plano secuencia –falso, por cierto– con el que se abre la película, bellísimo, y el que lo cierra, con cierto tono almibarado), en el plano argumental cuenta con numerosos altibajos, intercalando momentos de gran intensidad, con otros en los que el interés baja hasta el extremo de aburrir.
El director británico ha jalonado el filme de numerosos toques cómicos, algo habitual en su filmografía, y la verdad es que hay momentos verdaderamente divertidos, para que negarlo, pero en el conjunto global, cuentan más los aburridos, y su extensa duración (cercana a las dos horas y media).
Esta es la segunda ocasión en la que el Sevilla Festival de Cine 100% Europeo cuenta con una cinta en la sección oficial que es una ópera filmada (la primera fue la húngara Johanna el año pasado, aunque las diferencias son más que evidentes entre ambas, saliendo como ganadora, en cualquier caso, la creación de Branagh). Pero lo cierto es que La flauta mágica, la película, deja un poco frío, se esperaba algo más de ella, aunque no obstante es un buen comienzo para un buen festival.
título original: the magic flute. director: kenneth branagh. producción: pierre-olivier bardet y simon moseley. guión: stephen fry y kenneth branagh, basado en la ópera homónima de wolfgang amadeus mozart. fotografía: roger lanser. música: wolfgang amadeus mozart. montaje: michael parker. intérpretes: joseph kaiser, amy carson, rené pape, lyubov petrova, benjamin jay davis, silvia moi, tom randle, ben uttley, vanessa ashbee.
En el año en que se ha celebrado el 250 aniversario del nacimiento del genial Mozart, el británico Kenneth Branagh, del que ya llevábamos algún tiempo sin ver trabajo alguno en la gran pantalla, estrena esta adaptación de la popular composición del austriaco, la última compuesta por él. En ella, Branagh, junto a su amigo Stephen Fry (ambos son los autores del guión) trasladan la acción al período de la Primera Guerra Mundial (pese a que no se haga mención alguna al conflicto, ni siquiera se mencionen los países que se enfrentan, para que podamos saber a cuál de ellos pertenece el protagonista). aunque el argumento, en esencia, se mantiene.
Tras sufrir el embate de una bomba, Tamino queda inconsciente y despierta rodeado por tres damas, que le piden ayuda, de parte de su señora, la Reina de la Noche, para que parta a rescatar a su hija, la joven y bella Pamina, que ha sido secuestrada por Sarastro. Tamino, enamorado de la chica, a la que sólo ha visto en una fotografía, partirá sin dudarlo un momento en su auxilio, con la forzosa ayuda de Papageno, y de una flauta con poderes que le entrega la madre de la chica. Pero cuando llega a los terrenos de Sarastro, Tamino descubre que lo que le habían contado no era del todo cierto.
Kenneth Branagh, que en la rueda de prensa de presentación del filme en el Festival pidió “perdón” a Sevilla por haber elegido una de las pocas óperas no inspiradas en la ciudad, ha creado una cinta que, si bien estéticamente es arrolladora, con una puesta en escena fascinante (sirvan de ejemplo el largo plano secuencia –falso, por cierto– con el que se abre la película, bellísimo, y el que lo cierra, con cierto tono almibarado), en el plano argumental cuenta con numerosos altibajos, intercalando momentos de gran intensidad, con otros en los que el interés baja hasta el extremo de aburrir.
El director británico ha jalonado el filme de numerosos toques cómicos, algo habitual en su filmografía, y la verdad es que hay momentos verdaderamente divertidos, para que negarlo, pero en el conjunto global, cuentan más los aburridos, y su extensa duración (cercana a las dos horas y media).
Esta es la segunda ocasión en la que el Sevilla Festival de Cine 100% Europeo cuenta con una cinta en la sección oficial que es una ópera filmada (la primera fue la húngara Johanna el año pasado, aunque las diferencias son más que evidentes entre ambas, saliendo como ganadora, en cualquier caso, la creación de Branagh). Pero lo cierto es que La flauta mágica, la película, deja un poco frío, se esperaba algo más de ella, aunque no obstante es un buen comienzo para un buen festival.
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