SEVILLA FESTIVAL DE CINE – SECCIÓN EUROPA_EUROPA APUESTA LA VIDA
La vida es un gran juego
austria-suiza, 2005.
título original: spiele leben. director: antonin svoboda. producción: barbara albert, martin gschlacht, jessica hausner y a. svoboda. guión: martin ambrosch y a. svoboda. fotografía: m. gschlacht. música: christoff dienz. montaje: oliver neumann. intérpretes: georg friedrich, birgit minichmayr, gerti drassl, andreas patton, michael rastl, claudia martini, deuniz raunig, christian kohlhoffer.
Después de varios años en este Festival (y anteriormente, con las pocas cintas que nos llegan de aquel país) debo reconocer que siento cierta debilidad por el cine en alemán (se incluye el austríaco, como este filme, que tiene unas características muy parecidas). De hecho son los germanos, junto a los franceses, los que mejor cine hacen en Europa (y esto, que quede claro, es una opinión). Personalmente, desde que el festival de Sevilla se dedica al cine europeo, lo normal es que, cada año, entre las tres o cinco mejores cintas que se proyectan de entre todas las secciones, al menos dos, cuando no más, procedan del país teutón.

Esta cinta es un gran ejemplo. El protagonista es Kurt, un ludópata que, pese a intentarlo, no es capaz de dejar el juego. Cuando su novia, enfermera con la que vive y que le mantiene, descubre que Kurt no está rehabilitado, como ella pensaba, le deja, con numerosas deudas. Poco después, tras conocer a una rica y alcohólica mujer que usa un dado para saber lo que debe apostar en la ruleta, decide aplicar ese estilo en el juego y dirigir su vida, decidir lo que debe hacer en cada momento, con una tirada de dados. La suerte le sonríe y todo empieza a marcharle bien, sobre todo después de conocer a Tanja. Sólo cuando la fórmula parece tocar fondo, y cuando se da cuenta de que podría estar enamorado de la chica, Kurt no empieza a cuestionarse la racionalidad de sus hechos y la arbitrariedad de los dados. Pero ya es tarde, y debe llevar el 'juego' hasta el final.
La película, que antes de venir a Sevilla pasó por los festivales de Toronto, Venecia y San Sebastián, atrapa por una narración viva, y por su argumento definitivamente diferente, arriesgado. La pareja protagonista (aunque en algunos momentos baja el listón) mantiene una gran intensidad interpretativa, con unos personajes que viven en el límite, bordeando la marginalidad, saliéndose de lo políticamente correcto.
Uno de los puntos a favor de la cinta es el momento en que, en una determinada situación, cuando la vida a llevado a Kurt al extremo máximo, su tirada de dados para saber qué hacer le da un uno. Y actúa en consecuencia. Pero, ¿qué hubiese ocurrido con cualquiera de las otras cinco opciones? La cinta lo muestra. La arbitrariedad marca la vida del protagonista, su futuro será uno u otro según lo que decidan los dados, y aunque a él le guste más la opción asignada al cuatro, si sale un tres, hará lo que le dicte la suerte. Son personajes perdidos, que no se encontrarán nunca.
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