25.11.07

SFC – SECCIÓN OFICIAL ______________________ EL VIAJE DE ISZKA

Duro retrato de la infancia húngara

hungría, 2007.
título original: iszka utazása. escrita y dirigida por: csaba bollók. producción: ágnes csere. fotografia: francisco gózon. música: velas temesvári. montaje: judit csako. intérpretes: mária varga, rózsika varga, marian rusache, marius bodochi, zsolt bogdán, ágnes csere, ibolya csonka.

Iszka es una niña que lucha por sobrevivir en unas condiciones de extrema pobreza. Trata de ganar algún dinero recogiendo chatarra en los vertederos, y todo lo que consigue lo gasta en alcohol para sus padres, unos alcohólicos que la maltratan a ella y a su hermana. Un día, Iszka es descubierta cogiendo carbón de una escombrera y es enviada a un orfanato. Pero el amor que, pese a todo, siente por su familia la llevan a escaparse y vuelve a las calles, donde sueña con viajar al mar.
La película recibió el premio a la mejor actriz en Bruselas, y el galardón al mejor montaje y el Gran Premio del Jurado en la Hugarian Film Week. Pero para gustos, los colores. Cierto que la película trata un tema difícil, con una trama que al final da un giro para peor, empeorando aún más si cabe la situación en la que se encontraba la protagonista.
La película cuenta lo que ya sabíamos, pero mal. No es capaz de expresar la dureza de la situación y utiliza escenas que parecen intrascendentes, aunque no lo son. Pero la realidad supera a la ficción, y después lo supimos. En la rueda de prensa, el director nos contó algunos hechos que nos sobrecogieron: la chica que protagoniza a la Iszka del título realmente malvive recogiendo basuras, con un padre que bebe aún más que en la película y que realmente la golpea con asiduidad; a la hora de rodar la escena en la que ella acude a la cantina a pedir comida, sintió vergüenza, o quiso hacerla, porque ella, en la vida real, lo hace muchas veces. Como colofón, los padres de la chica, que ahora tendrá unos catorce o quince años, no pudo estar presente en el festival porque sus padres se negaron, ya que para finales de año tienen comprometida su boda con un chico de unos veinte, y temían que al llegar a España no quisiera volver a su país.Con todo ello, uno no puede dejar de reflexionar: más que una película, parece que estemos ante un documental sobre esta chica, que sufre más en la realidad que en la ficción, y el director se dedica a grabarlo y beneficiarse económicamente de ello, sin prestarle ayuda ni denunciar su situación a los servicios sociales. Muy bien, sí señor...

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