24.11.07

SFC – SECCIÓN EUROPA_EUROPA __________ YELLA

Va bien, va bien, hasta que se tuerce

alemania, 2007.
título original: yella. director: christian petzold. producción: florian koerner von gustorf. guión: christian petzold. fotografia: hans fromm. música: nathaniel mechaly. montaje: bettina böhler. intérpretes: nina hoss, devid striesow, hinnerk schönemann, burghart klauβer, barbara auer, christian redl, selin bademsoy, wanja mues, michael wittenborn.


Cuando, en el pasado Festival de Berlín, todas las quinielas apostaban a que Marianne Faithfull se llevaría el premio a la mejor actriz por su gran actuación en Irina Palm, surgió la sorpresa (cuando hay muchos premios, suele ser habitual que el jurado salga por peteneras en uno o dos de ellos) y la alemana Nina Hoss le arrebató el trofeo a la londinense por su papel en esta Yella.
Es esta una película tramposa, que desde el principio va tejiendo una red enmarañada, con un argumento que tiene interés, fuerza y que está narrado con intensidad, creando la tensión que la historia pide en los momentos oportunos, encaminandonos a un clímax que, cuando llega, desinfla toda la tensión creada y deja con una sensación de batacazo. Y ello, pese a que a lo largo del metraje, algunos detalles ya sonaban raro y apuntaban a que el final iba a ser el que es, aunque uno siempre espera que todo se arregle y el director no meta la pata. Pero al final, sí, la mete, y bien.
Yella decide abandonar su pequeño pueblo y su fracasado matrimonio en busca de un trabajo prometedor en una gran ciudad y de una nueva vida. Atrás quedan muchos sueños rotos. Yella no se va a echar atrás por nada, ni siquiera cuando, el día de su marcha, su psicótico exmarido, que conducía el coche en el que ella viajaba decide suicidarse por la marcha de ella y se lanza con el coche por un puente, hacia un río. Los dos salen magullados, pero vivos. Y ella no espera ni un minuto más, y sin recoger siquiera la maleta, se va. Tras una humillante degradación en el trabajo que ella esperaba conseguir en la ciudad, todo parece venirse abajo, pero entonces conoce a Philip, un joven ejecutivo que le ofrece un pequeño trabajo como su ayudante, y su vida adquiere un nuevo rumbo, al demostrar que realmente es buena en su trabajo. Aunque su exmarido ha logrado encontrarla y pretende que Yella vuelva con él.
La verdad es que el papel de la chica de Stuttgart en esta cinta tampoco es tan brillante, y poca explicación más allá de que una nube de humo se cruzó por delante del jurado cuando deliberaban y les nubló la vista y la memoria al menos por unos instantes, porque si no tampoco se explica. Podría ser malvado y afirmar (como, por cierto, ya he hecho en el comentario de Irina Palm) que el trofeo a la Hoss fue simplemente para cubrir la cuota de premio alemán en el palmarés. Pero vamos a pensar bien, y consideremos que los gustos de todos los miembros del jurado de aquel festival no coinciden en este aspecto en concreto con los del que suscribe.
En el reparto hay papeles más interesantes que el de Nina Hoss, como el del ejecutivo Philip (Devid Striesow). Pero lo que más desilusiona de esta película es su final, que se ve venir, pero que no se quiere aceptar. La película va bien, gusta, atrapa, pero con el giro definitivo, a uno se le queda la cara de tonto por haberse dejado engañar, y piensa que, definitivamente, le han tomado el pelo.

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